La encontró en el bulín y en otros brazos, sin embargo canchero y sin cabrearse, le dijo al gavilán «Puede rajarse, el hombre no es culpable en estos casos».
...y luego, besuqueándole la frente, con gran tranquilidad, amablemente, le fajó treinta y cuatro puñaladas.
- Amablementede E. Rivero e I. Diez[187]
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Hay un consenso generalizado en reconocer al tango como
machista, al menos en su forma tradicional.
[188] Son varios los tangos que celebran la
violencia de género e incluso el
femicidio, la abordan humorísticamente o la justifican ("Amablemente", "La biaba", "La toalla mojada", "Cuando me entrés a fallar", "Confesión", "Tortazos").
[189] Se ha señalado también que esta característica no es exclusiva del tango y está presente como violencia simbólica en todos los géneros artísticos y en los medios de comunicación.
[190] Frases como "El tango es cosa de hombres" o "el tango es macho", ha sido acuñada para justificar el desequilibrio de género que caracteriza una gran parte de la producción tanguera.
[182]
Con respecto a la mujer, uno de los temas tradicionales del tango es el de "
Milonguita",
[191] para referirse a las jóvenes que participaban de la vida nocturna y ejercían su libertad sexual, utilizando valoraciones negativas como "la que dio el mal paso" y expresiones como "minas" ("en mi vida tuve muchas minas pero nunca una mujer"),
[192] "perdición" y la asociación con el "fango" ("Fangal", "Esta noche me emborracho", "Flor de fango", "La costurerita que dio aquel mal paso"). Sin embargo también se ha señalado que muchos de los componentes del tango son contrarios al machismo, como el baile entrelazado y la exteriorización de las emociones masculinas.
[193]
En una entrevista al grupo tanguero Boquitas Pintadas, sus integrantes -todas mujeres- dicen:
- P: ¿El tango es un mundo machista?
- BP: El tango nació en una sociedad machista y, poco a poco, la sociedad está revirtiendo esa realidad y eso, claro, repercute en la música. Sabemos que antes no existían orquestas que contengan mujeres, salvo las contadas y exóticas “orquestas de señoritas”
-P: ¿Creen que se dio algún cambio en el último tiempo?
-BP: Si, por supuesto. Por suerte -y también con un dejo de melancolía-, sentimos que se están perdiendo estos personajes que son los “tangueros de ley” que nos divierten mucho y nos hacen entender el yeite del tango. Si el machismo no hubiera existido, el tango no sería lo que es. Tantas letras no tendrían sentido, tantos códigos en el baile no enriquecerían al estilo. Es un período lindo donde se mezcla esa sensualidad de la conquista del hombre en el baile y en la interpretación de los músicos con nuevos estilos y libertades de nuestra época. Es muy hermoso ver mujeres bailando juntas sin que parezca algo raro en las milongas. No sentimos ningún impedimento para vivir el tango siendo mujeres.
-P: ¿Cómo lo viven diariamente?
- BP: Súper bien, algunas veces nos encontramos con personas que todavía tienen ese “imaginario” de mujer que no podía ser profesional, y se sorprenden al escucharnos y la típica frase que ya escuchamos varias veces es: ‘¡Son mujeres y qué bien que tocan! ¡Qué fuerza! ¡Cierro los ojos y parecen hombres!’. (risas) Nos lo tomamos con humor, ¡por suerte!
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